El periódico The Chronicle reseñó en días pasados que el Hotel Cube en la ciudad de Toowoomba, Australia, introdujo un nuevo sistema de reconocimiento facial biométrico para reforzar su seguridad.
La máquina toma una foto de la tarjeta de identificación del huésped y la compara con una imagen grabada en tiempo real del rostro del sujeto.
Los rasgos faciales que usa la máquina para el reconocimiento son característicos de cada persona, como por ejemplo, la distancia entre los ojos, el tipo de nariz o la forma de los labios, de manera que si la persona se cambia el color del cabello, la máquina no se confunda y el operado pueda determinar si la identificación es falsa o no.
El sistema, además, se conecta con una base de datos compartida con otros 300 establecimientos que emplean esta tecnología para detectar sujetos en listas de bloqueo.
El director del hotel Brett Hofstee admitió que el proceso podía ser percibido como una invasión de privacidad, pero argumentó que el sistema fue implementado para hacer del hotel un lugar más seguro, “con personas conscientes y responsables por sus acciones”.