No es casualidad el interés paulatino de corporaciones, científicos, ciudadanos y agencias gubernamentales por comprender y hacer uso de los avances que ofrece la tecnología biométrica, pues los muchos los beneficios que se pueden obtener de los sistemas biométricos que permiten identificar características biológicas o del comportamiento humano.
En la actualidad, con la presión internacional en asuntos de seguridad de Estado, el manejo de prácticas antiterroristas y la necesidad de identificación ciudadana confiable, rápida y eficaz, se ha vuelto imperativo acelerar y diversificar los desarrollos tecnológicos en el mercado de sistemas biométricos.
Los sistemas biométricos pueden implementarse en múltiples espacios y con fines diversos, desde usos corporativos para control de entrada, sistemas de seguridad, aplicaciones bancarias y militares, hasta sistemas para agencias gubernamentales a cargo del registro e identificación de ciudadanos, migración y elecciones.
En este último ámbito, un registro biométrico de última generación contiene aplicaciones base de gestión de identidad para documentos nacionales como cédula, pasaporte, licencia de conducir, tarjeta de salud entre otros, y cuenta con la capacidad de gestionar además otras base de datos sensibles y estratégicas para los ciudadanos como el padrón electoral, récords criminales, infantes presentados ante la ley, y otras innovaciones en procesos de misión crítica de un Estado.